El fuego arrasa con la vegetación y alcanza a viviendas chacos y animales. La temporada crítica apenas empieza y la superficie afectada ya es similar a la del año pasado

“El fuego es un monstruo que arrasa con todo a su paso. Ese día vimos cómo el humo negro cubría los alrededores. Era como una escena de película, algo increíble. El fuego creció y avanzó como un huracán. Todos corrimos por nuestras vidas hacia la cancha, los bomberos ayudaron con los niños y ancianos, y después no se podía ver ni a tres metros de distancia”, relata Leonardo Rodríguez, cacique de San Lorenzo Nuevo, al describir el horror que vivieron el miércoles cuando las llamas superaron las líneas de defensa y alcanzaron su comunidad en el municipio de Roboré.

Rodríguez dice en sus más de 50 años que vive en esa zona jamás había experimentado algo similar. Su comunidad nunca antes había estado luchando tanto tiempo contra el fuego, como ahora que han estado dos meses en constante alerta.

Después de la pesadilla del miércoles y la llegada de las lluvias, hay un poco de sosiego entre los comunarios, pero el temor persiste, ya que creen que este año se asemeja a 2019, uno de los más críticos por los incendios.

En solo siete meses de 2024, el fuego arrasó con 1.015.834 hectáreas, acercándose a las 1.097.223 hectáreas quemadas en todo 2023. Además, hay zonas que están en llamas desde hace casi dos meses, donde se registran incendios de gran magnitud, con líneas de fuego que se expanden por kilómetros. No solo sufre la flora y fauna, también hay familias que han quedado sin hogar y sin medios de subsistencia porque sus casas fueron alcanzadas por el fuego, al igual que sus animales, chacos y potreros.

Los pobladores de zonas afectadas, junto con organizaciones como Alas Chiquitanas y el Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca, llaman a las autoridades a intensificar los esfuerzos en la lucha contra el fuego, especialmente ahora que la época crítica de incendios apenas comienza y los daños ya se extienden por varios municipios. Con el bosque seco, temen un desastre similar al de 2019, cuando el fuego consumió 4.200.556 hectáreas, o al de 2010, cuando se perdieron 3,5 millones de hectáreas. Advierten que agosto, septiembre y octubre son los meses más críticos de incendios forestales en la región.

Aunque la lluvia que cayó esta semana ayudó a contener las llamas en algunas zonas, en otras el fuego sigue descontrolado. Según el informe de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) del 8 de agosto, en el departamento había 32 incendios activos, con algunas áreas ardiendo desde hace más de 50 días.

Este es el caso de Monte Verde, en San José de Chiquitos, que lleva 58 días en llamas, y del Área Natural de Manejo Integral (ANMI) San Matías, que arde desde hace 47 días, afectando más de 331.000 hectáreas. Sin embargo, el monitoreo de la Plataforma FIRMS de NASA Lance registra 527.256 hectáreas quemadas en San Matías, lo que representa el 18% de su superficie total.

fuente; el deber